Basta...
¿Dónde quedó mi sentir?
Todo parece tan lejano, tan lejos de mí, ya no sé cómo llegar a la gente.
Verguenza, miedo al rechazo, simpatía falsa bolichera horrible,
mi mundo de hoy tiene un tinte artificial, irreal, todo resbala, nada
llega para dejar una marca.
Ya no puedo apreciar a toda esa gente hermosa que en algún momento pude.
Ya no sé distinguirla del resto. De ese mundo artificial.
Estoy tan metido en eso que me doy asco a mi mismo.
¿Amigos? Quizá...
No quiero sentir más así.
Quiero sentir de verdad.
Basta de las costumbres éticas y morales estúpidas que se basan en la apariencia,
en las demostraciones de poder.
Basta...
Todo parece tan lejano, tan lejos de mí, ya no sé cómo llegar a la gente.
Verguenza, miedo al rechazo, simpatía falsa bolichera horrible,
mi mundo de hoy tiene un tinte artificial, irreal, todo resbala, nada
llega para dejar una marca.
Ya no puedo apreciar a toda esa gente hermosa que en algún momento pude.
Ya no sé distinguirla del resto. De ese mundo artificial.
Estoy tan metido en eso que me doy asco a mi mismo.
¿Amigos? Quizá...
No quiero sentir más así.
Quiero sentir de verdad.
Basta de las costumbres éticas y morales estúpidas que se basan en la apariencia,
en las demostraciones de poder.
Basta...
posted by Die at 8:54 p. m.
1 Comments:
Es una lucha de todos los días. Un paso dado con conciencia donde se siente el pie raspar la suela del zapato y se observa el peso del cuerpo tensar cientos de músculos para sostenerte, es siempre un paso adelante en la lucha. Un instante congelado para respirar y permitirse sentir el frío de una mañana de invierno hasta que duela es un momento de verdad.
Es demasiado difícil aceptar el dolor, todo duele un poco pero nunca alcanza las entrañas y se queda atrapado en la mitad de la piel. Eso provoca esa sensación de algo que te molesta no tanto, pero constantemente.
Si se abre el pecho para dejar que la bala penetre se tienen dos opciones, o se sobrevive o se muere. Y en ambas parece haber verdadero regocijo porque son completas y liberadoras.
Hay que derribar la pared que detiene la bala.
Lo artificial aparece como una comida de buen gusto, pero que nunca satisface.
No mueras sin verdadero dolor, ni verdadera alegría.
Si matas a la hidra que te oprime hiérela en el corazón no le cortes otra cabeza.
Para Diego Perri espero encuentre las sensaciones que busca en un mundo asquerosamente moderado. Le aseguro que ellas están ahí.
Fede :)
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